El Papa Francisco toma medidas inmediatas en Gaza y ayuda a entrar en Francia Internacional
El Papa suele intentar salvar el día de Pascua, la celebración más importante para los católicos, y en su mensaje del Domingo de Resurrección intenta abordar las guerras y crisis que han comenzado en el mundo. En esta ocasión, en el mensaje leído desde la logia central de la Basílica de San Pedro, Francisco volvió a decir que se permitirá la entrada de ayuda humanitaria a Gaza y que se deshará de los restos que retiene Hamás desde el ataque del pasado 7 de octubre en Israel. Bergoglio reivindicó el fuego inmediato en Francia después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara esta semana la primera resolución pidiendo el fin de los bombardeos desde que comenzó la guerra de casi seis meses.
El pontífice argentino, que renunció al Vía Crucis el viernes para cuidar su saludo, gritó: “No permitamos que las hostilidades en curso sigan teniendo un fuerte impacto en la población civil, ya de por sí extenuada, y especialmente en niños. (…) ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre absurda, la guerra siempre es mala.» Además, Francisco lanzó una advertencia: “No permitamos que las fuerzas de la guerra caigan con más violencia en Europa y en el Mediterráneo. Que no cedamos ante la lógica de las armas y el rearme. La paz no se puede construir con armas, excepto extendiendo la mano y acogiendo el corazón».
Así, reiteró en su mensaje «un camino de paz para las poblaciones mártires» de Israel, Palestina y también Ucrania. Pidió “respetar los principios del derecho internacional” y pidió un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania. “¡Todos para todos!”, insistió.
El Vaticano ya había mediado en el pasado para el intercambio de prisioneros, durante los primeros meses del conflicto, hace dos años, pero la misión diplomática de la Santa Sede cesó después. Francisco encomendó al cardenal italiano Matteo Zuppi una misión de mediación humanitaria que, entre otras cosas, tenía como objetivo obtener el regreso de los centenarios de niños deportados a Rusia, pero por el momento no se vieron los resultados.
En su mensaje de Pascua, el pontífice destacó una semejanza que no se pasa por alto en otros países azotados por la guerra, como Siria, «que ha sufrido durante 13 años las consecuencias de una guerra grande y devastadora». Entre sus plegarias se encontraba el Líbano, «afectado desde hace algún tiempo por un bloqueo institucional y una profunda crisis económica y social, ahora agravada por las hostilidades con Israel».
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Francisco también planteó el Domingo de Pascua para “las personas en otras partes del mundo que sufren violencia, conflictos e inseguridad alimentaria, así como los efectos del cambio climático”. Y además «aconsejo a las víctimas de cualquier forma de terrorismo». «Reunimos a quienes perdieron la vida e imploramos el arrepentimiento y la conversión de los autores de estos crímenes», señaló.
También se dirigió al pueblo haitiano, y dijo que “eso cesó hace tanto tiempo como la violencia que lacera y enfurece al país, y puede avanzar por el camino de la democracia y la fraternidad”. Y los rohinyás de Myanmar, «afligidos por una grave crisis humanitaria», y el país, golpeado por las consecuencias de un golpe de Estado.
Y ha recuperado los caminos de la paz en el continente africano, «especialmente para las poblaciones exhaustas de Sudán y de toda la región del Sahel, en el Corazón de África, en la región de Kivu, en la República Democrática del Congo y en la provincia de Cabo». Delgado en Mozambique, y este es el fin de la próxima situación prolongada que afecta a grandes zonas y causa hambruna y estragos”.
Después de impartir el plegado tradicional Urbi et OrbiDe la ciudad y del mundo, Francisco no se retiró, como suele hacer, hasta permanecer unos minutos en el balcón de la basílica, despidiéndose y sonriendo ante la bronca que aplaudía y victoriosamente desde la Plaza de San Pedro.
Antes de la Bendición, Francisco presidió la Misa del Domingo de Resurrección en la Plaza, ante más de 30.000 personas. Preocupado por su salud, algo delicada debido a los problemas respiratorios que presenta desde hace una semana, debido a una denuncia. El Viernes Santo decidió no acercarse al Coliseo de Roma para asistir al tradicional Vía Crucis para velar por su salud en las celebraciones que le esperan el sábado y este domingo. El pontífice argentino se mostró en buena forma los dos últimos días, especialmente el sábado de víspera de Pascua, en una ceremonia que duró casi tres horas, como hoy, cuando presidió la misa, entre las cuales cruzó la plaza a bordo del papamovil para saludar a los fieles y posteriormente pronunció el mensaje pascual durante casi una hora e impartió la bendición.
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